La pintoresca ciudad de Christchurch en Nueva Zelanda fue el spot de una
celebración única: el cumpleaños de Frankie, un apasionado coleccionista.
Frankie y Tati cruzaron caminos en Barcelona, donde se conocieron y quedaron en
contacto hasta que el cumpleaños de Frankie los volvió a reunir.
Frankie, cuya extravagante colección incluye desde camisetas de los All Blacks
hasta recuerdos de íconos como Messi y Hamilton, decidió que el lugar perfecto
para su fiesta de cumpleaños no sería otro que su depósito, transformado en su
propio museo personal. La elección del lugar fue el toque inigualable de la noche.
¿Se imaginan bailar entre todas esas reliquias?
Una vez más, la música unió culturas y acortó distancias, haciéndonos partícipes de
este evento único del otro lado del globo.
Gracias Frankie por abrir las puertas de tu ciudad y tu casa. Una experiencia
inolvidable. ¡Hasta la próxima colección de momentos!